‘El Gobierno ha introducido una disposición final en el borrador del anteproyecto de Ley de Economía Sostenible que dota a un órgano administrativo (la llamada Comisión de Propiedad Intelectual) de la capacidad de bloquear páginas web que vulneren los derechos de autor’
Soy Ignacio López, científico jubilado. Mi web www.tic2.org.
La noticia anterior ha provocado que manifieste mi opinión sobre varios asuntos.
Creo que somos los que trajimos Internet a España hace más de 25 años.
Yo trabajaba en el Centro de Investigación que la multinacional ITT, tenía en España. El proyecto de investigación de mi equipo tenia como objetivo, tratar de entender las leyes, definir reglas y desarrollar las herramientas y metodología, para solucionar, si era posible matemáticamente, algunos de los problemas que se presentaban, cuando un conjunto de ordenadores y/o personas, que ejecutaban varias tareas ‘simultáneamente’, se conectaban a su vez, para realizar entre todos una tarea en colaboración (Sistemas concurrentes y distribuidos). Internet y nuestras Comunidades Autónomas, son ejemplos de sistemas concurrentes y distribuidos, que en otra ocasión podríamos comentar.
Nuestro trabajo le interesó a nuestros colegas del Centro de Investigación de EEUU y no solo lo financiaron sino que nos proporcionaron las herramientas que ellos usaban, entre otras cosas, un ordenador con el sistema operativo Unix, donde estaban los protocolos TCP/IP, y otras herramientas básicas de Internet como el correo electrónico, la transferencia de archivos y otras (la web aún no se había inventado).
Por aquellas fechas Unix-Internet eran sistemas estratégicos de uso muy restringido. Recuerden que Internet de inició en el Departamento de Defensa de EEUU. Esta Internet estaba restringida a ciertas universidades americanas y centros de investigación, dentro de los cuales estaba mi empresa. Pero para traer este ordenador a España, hubo que firmar un contrato en EEUU (en cuyo acto yo estuve presente), en el que nos comprometíamos a su uso interno y en tareas de investigación y que no lo pasaríamos a los países del Este, etc.
Para hacer ‘teletrabajo’ con nuestros colegas americanos, montamos la red Internet sobre la red privada de telecomunicaciones que tenia la multinacional y que enlazaba sus centros de todo el mundo. (Telefónica ni siquiera había oído hablar de Internet, nosotros seriamos los que montáramos las líneas y equipos años más tarde).
El centro de investigación americano tenia varios proyectos estrella. Uno era el desarrollo de una nueva central telefónica, llamada Sistema 12, en la que participaban ingenieros y científicos de la multinacional en los distintos centros de Investigación e Ingeniería localizados en EEUU, Inglaterra, España, Alemania y Bélgica. Una central para 10.000 abonados tenia del orden de 100 microprocesadores trabajando conjuntamente.
Otro proyecto de nuestros colegas americanos se llamaba 'Sistemas de Coordinación' y trataba de establecer el modelo, los mecanismos y las herramientas, para desarrollar proyectos muy complejos por equipos de gente localizada en varios países, como ocurría con el Sistema 12. Esto sería el embrión de lo que hoy en parte son las redes sociales.
En un tercer proyecto trabajaba Charles Kao, Premio Nobel de Física 2009, por la invención de la fibra óptica, al cual conocí en EEUU. El objetivo de este proyecto era el desarrollo de esta tecnología, que hoy es uno de los pilares de Internet. Tecnología que otros colegas míos trajeron a España.
Cuando algún tiempo después montamos con otro grupo, mi primer servidor Web, recuerdo la satisfacción que sentí por las posibilidades que se abrían para que cualquier persona, empresa u organización con escasos recursos, pudiera montar su propio servidor y publicar sus ideas o las de otras personas, sin pasar por los filtros que establecían los periódicos, las editoriales, etc.
Nuestro proyecto se llamó Galileo; porque establecer las bases de Internet en aquellos tiempos era una herejía. Yo no terminé en la hoguera (Galileo tampoco), pero si en el hospital. El cambiar la mentalidad de la gente es una tarea muy difícil, ingrata y requiere mucho tiempo. En el caso de Internet, han tenido que pasar más de 20 años para que pasara de los centros de investigación, al gran público.
Ahora con la excusa de que se infringe el Copyright, quieren callar la voz y restringir el acceso al conocimiento de los ciudadanos.
Cuando ingresé en la multinacional firmé un contrato de trabajo en la que existía una cláusula que me obligaba a renunciar a todos los derechos de mis invenciones, a cambio del salario que me daban. En otras palabras el copyright era de la empresa y a nadie nos pagaban ningún porcentaje por nuestras creaciones. Charles Kao y mi jefe, maestro y amigo, Felix Vidondo, que eran los únicos científicos Ejecutivos de ITT, firmaron el mismo contrato que yo, y lo único que recibieron o recibirán de especial por su labor, fue un sueldo extra hasta su muerte, que haría reír a cualquier trabajador de la construcción.
A pesar de todo yo me considero un privilegiado. En peor situación estaban mis colegas investigadores de nuestra Universidad y Centros de Investigación, que con unos presupuestos muy escasos, tenían que aceptar nuestras invitaciones en los restaurantes y a veces en los hoteles, cuando acudíamos juntos a los congresos en el extranjero. Y no digamos de los jóvenes investigadores que se ven forzados a trabajar en el extranjero y que generalmente se quedan para siempre.
¡Que hay que proteger el copyright! por supuesto que sí; los creadores tienen que vivir de su trabajo; pero dentro de un orden.
Algunos de los afiliados a agencias gestoras de derechos de autor, pretenden vivir toda la vida a costa de una o varias canciones que compusieron. Otros recibir subvenciones y además derechos de autor, como si aquellas no se hubieran recibido y para colmo aspirarán a influir en el cierre de servidores de Internet sin autorización judicial; atribuciones que nuestra Constitución otorga a los jueces.
Por otra parte, nuevas disciplinas como la informática, la genómica, etc han puesto nuevos objetos en el mercado, que han complicado aún más el tema del registro, las patentes y el copyright. Nosotros estuvimos implicados en alguno de estos casos, junto con los especialistas del Copyright de la multinacional y de la administración española.
Enumeremos algunos casos: ¿Recuerdan los abusos que se cometieron en el registro de los nombres de dominios de Internet, antes de que apareciera la nueva ley? ¿Son patentables o están sujetos al copyright el uso de iconos de los interfaces de los programas de ordenador, la implementación en software de un algoritmo, teorema, ley, etc. que inventó un matemático (ej. Pitágoras) o algún físico (ej. Newton), o que el propio programador modificó para implementar en software el infinito matemático (ej.: punto de intersección de dos rectas paralelas)? ¿Son patentables o están sujetos al copyright todas o solo algunas de las secuencias del genoma?. ¿Habría que pagar a la ITT (empresa privada) cuando un profesor de la universidad explique a sus alumnos la tecnología de la fibra óptica que inventó Charles Kao cuando trabajaba para esa empresa? ¿Tendrían que pagar nuestros hospitales cuando sus cirujanos usaran las técnicas que otros colegas inventaron?. ¿Tendrán que pagar los gobiernos a las compañías privadas, para hacer alguna de estas cosas, de dominio público?
Por los medios de comunicación conocemos que alguna compañías, aprovechando lagunas legales de las leyes actuales del copyright, han conseguido patentar en EEUU alguna de estos objetos; pero no se atreven a cobrar por la reacción que provocaría a nivel mundial. Como se puede deducir por estos ejemplos, la cosa está bastante complicada y su solución no es nada fácil.
Mientras tanto los científicos en este país seguimos ignorados; los fondos de I+D+i y de Universidades, se han reducido o se quieren reducir. Las multinacionales de telecomunicaciones abandonaron el país; a los trabajadores, nos prejubilaron y nuestros conocimientos se perdieron, a pesar de que fuimos líderes mundiales en varios campos.
El gobierno quiere cambiar el modelo de desarrollo, con su proyecto de Economía Sostenible. Quizás, cambiando de la noche a la mañana la gestión del copyright, el sistema educativo, el funcionamiento de las universidades y los centros de investigación y la mentalidad de los jóvenes, padres y empresarios y montando empresas de alta tecnología. Les he puesto el ejemplo del tiempo que ha tardado Internet en pasar de los centros de investigación, al gran público y algunas de las dificultades que nosotros tuvimos y temas del copyright, que aún no se han resuelto a nivel internacional.
En otras palabras, parece ser que queremos seguir con el modelo anterior de hacer dinero fácil, especulando, engañando, con economía sumergida y trabajos basura y trivializando problemas muy complicados. Estos no deben ser nuestros modelos y sí entre otros, el de nuestros restauradores (por innovadores) y deportistas (por su trabajo en grupo y esfuerzo personal).
Los ordenadores y particularmente Internet, han producido un gran cambio en la sociedad. Los investigadores nos hemos tenido que adaptar a estos cambios con toda rapidez: reciclándonos continuamente, cambiando los métodos de trabajo, aprendiendo múltiples lenguajes de programación, etc. Los compositores ahora también utilizan las herramientas informáticas para su trabajo; pero algunos quieren continuar con unas leyes de copyright que no están adaptadas a la nueva situación.
- Protejamos la creación con el copyright; pero para todos los creadores: compositores, escritores, científicos, etc.; pero no con las normas de siglos pasados.
- Favorezcamos la innovación, el esfuerzo personal y el trabajo en grupo y no solo el espectáculo (‘la España de las castañuelas y de la pandereta’).
- Seamos conscientes de la complejidad del copyright, derechos de autor, legalidad, etc de los objetos creados con las nuevas tecnologías.
- Busquemos nuevos métodos para que nuestros creadores puedan obtener la remuneración de su trabajo.
- La industria y los creadores deben ser consciente de que el modelo de negocio ha cambiado y ellos se tienen que adaptar a los nuevos tiempos. Se pueden obtener beneficios económicos sin renunciar a la coherencia y la ética profesional y no a través de un canon y una política de precios sin lógica.
- La sociedad (incluidos nuestros políticos), estimulada por políticas adecuadas, ha de incrementar sus conocimientos tecnológicos y ser educada para madurar en cuanto la apreciación del esfuerzo creativo y todo lo que le acompaña, incluido el pago justo por el disfrute del mismo.
- Pidamos al gobierno que modifique su proyecto de ley, teniendo en cuenta la opinión de creadores, internautas, empresarios, especialistas, etc.
Firmado:
Ignacio López
Madrid 4/12/2009